A través del desierto
, Coordinadora de redacción | Un camino, Jesucristo, pero diferentes paisajes van acompañando y coloreando nuestro caminar en esta vida. El tiempo de cuaresma siempre se ha caracterizado por la escena del desierto.
Desierto es momento de tentación, soledad, silencio, aullidos, sequedad… si no fuera por el Señor todo se quedaría aquí. Pero en El todo queda transformado y la tentación se convierte en prueba superada con agradecimiento, la soledad en compañía profunda más allá de los sentimientos, el silencio en dulce susurro de su voz al oído, los aullidos en fuerzas renovadas y la sequedad en manantiales de agua viva.
Tal y como se describe en el Exodo el pueblo de Israel caminó muchos años por el desierto. Etapa de su historia necesaria para llegar a la Tierra prometida, a esa tierra que manaba leche y miel… A nosotros al finalizar este tramo nos espera el día de Resurrección, la luz, Jesucristo victorioso sobre la muerte, sobre todo pecado, sobre toda oscuridad.
Dispongamos nuestro corazón a cruzar esta cuaresma con ánimo firme y abramos nuestro corazón a la Pascua, al gran día de la luz, porque Dios siempre nos sorprenderá en su amor.