¡Qué bueno es habitar en el sagrado Corazón de Jesús!

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Julio A. de Pablos, Director de Agua Viva | Aquel joven jesuita que conoció la ternura del Corazón de Jesús llamado Bernardo Francisco de Hoyos,  y que hoy la Iglesia lo venera como beato, nos lego un testamento vital en sus últimas palabras en esta tierra: ¡Qué bueno es habitar en el sagrado Corazón de Jesús!. El Corazón de Cristo, toda su Persona, se ha constituido en lugar del descanso de todas las inquietudes del hombre. Tantas incertidumbres, dudas, limitaciones personales encuentran en el Corazón del Señor un motivo de firme esperanza.

Después de un largo tiempo, en el cual Mons. D. Francisco Cerro ha asumido la dirección de esta revista, ha llegado el momento de tomar el relevo, bajo su indicación, lo cual supone una responsabilidad y un profundo agradecimiento por mi parte. No supone una ruptura sino una acorde continuidad con lo vivido. Tantas páginas de vida espiritual, testimonios, reflexiones durante tantos años, han abierto surcos de esperanza y aliento en tantas personas que se ha acercado a ellas. El atraer por la lectura a una mayor intimidad con el Señor supone custodiar e impulsar un precioso legado espiritual.

En esta nueva etapa de Agua Viva, donde nuestro querido D. Francisco va a seguir cooperando como subdirector de la misma, quiere potenciar todo aquello que, desde el Centro Diocesano del Corazón de Jesús, hogar que dio a luz a nuestra publicación, ofrece en el ámbito del conocimiento y experiencia de Dios: El acercar una casa especialmente ungida por el Señor, donde se encarnan aquellas palabras que brotaron de los labios de Bernardo: “Que bueno es habitar en el Corazón de Jesús”; y que se constituye en lugar de especial consuelo y descanso,

Que Nuestra Madre, Santa María, inspire y acompañe nuestros pensamientos, palabras y obras en este sentido. Que nos adentre con su docilidad materna en el intimidad de su Hijo para que, custodiando su amor, podamos saciarnos de los torrentes de gracias que brotan de su corazón traspasado.

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