Santo Tomás, un santo que buscó y encontró la Verdad

Santo Tomás

Jesús García Gañán, Presbítero

El Doctor Angélico

La figura de Santo Tomás de Aquino, religioso dominico que vivió durante algunos años del siglo XIII, ha pasado a la historia de la Iglesia como uno de los santos más brillantes por su teología y por saber aunar, en su estudio y enseñanza, la filosofía, la teología y la cultura griega. Es conocido como el “Doctor Angélico” precisamente por su preclara inteligencia, y por ser, en sus enseñanzas, reflejo de que la fe y la razón no son opuestas, sino que más bien se complementan entre sí y son necesarias para llegar a un adecuado conocimiento de Dios y su mensaje. Su fiesta, celebrada el pasado 28 de enero, nos ha llevado a dedicar un apartado a este santo y a su teología, que no tiene desperdicio y ha de ser conocida, aunque sea en pinceladas, por todos los cristianos.

 
Pinceladas de su vida

Nació en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, Italia, en el año 1225. Su familia provenía de la nobleza, y tuvo en todo momento lo necesario para poder desarrollar sus estudios de la mejor manera. Ingresó en la Orden de Predicadores, y tuvo a los mejores profesores de la época, con los que se enfrentó en diversas ocasiones por sus dotes intelectuales, que le llevaron, en más de una ocasión, a obtener conclusiones contrarias a las de sus docentes. De su obra ingente, podemos destacar los Comentarios a la Sagrada Escritura y a las obras de Aristóteles, la Suma Teológica y la Suma contra gentiles, pero hay muchísimas otras muy importantes, que también merecerían ser destacadas. Murió a los 49 años, pero nos dejó un gran legado, tanto en sus obras escritas como en su vida, que es para todos los que seguimos a Jesús, ejemplo claro de santidad y estímulo para hacerlo realidad en nosotros.

 
Una consigna: Mirar al crucificado

Seguramente muchos de los que leéis estas líneas, conozcáis la frase famosa que Tomás de Aquino pronunció en cierta ocasión: Más he aprendido orando ante el crucifijo, que en todos los libros del mundo. He aquí el gran secreto de nuestro santo: contemplar al Señor en la cruz, para obtener, de su costado abierto, la luz y la sabiduría necesarias para ahondar los ocultos secretos de este mundo. Se cuenta, dentro de las anécdotas que rodean la vida de santo Tomás, que cuando acabó sus escritos, el crucificado que tenía sobre la mesa le habló con estas palabras: Tomás, bien has escrito de mí, ¿qué quieres como premio? A lo que Tomás de Aquino respondió: Solo a ti, Señor. Tomás era un enamorado de Cristo crucificado, y de Él obtenía la fuerza y la gracia necesarias para desarrollar toda su ingente doctrina con la lucidez y la claridad que le caracterizaban. El protagonista de estas líneas dedicó su vida a buscar la verdad, y debido a su gran empeño, la encontró. Estaba convencido de que la verdad es el bien de la inteligencia, y por eso, amó la verdad hasta encontrarla, invitándonos a nosotros hoy a ser buscadores de la verdad y seguir sus huellas.

 
Dios existe: Las cinco vías

Quizá una de las aportaciones más conocidas a la Teología del doctor angélico, sea el argumento para la demostración de la existencia de Dios a través de las llamadas cinco vías. El Aquinate, partiendo de lo creado, llega hasta el Creador, y nos proporciona unos argumentos sencillos para demostrar que Dios existe.

  • El movimiento: hay seres en el mundo que se mueven. Todo lo que se mueve ha de ser movido por otro, pero una serie infinita de causas es imposible. Tiene que haber un motor inmóvil que no sea movido por nadie y mueva a todos los demás, y ese es Dios. Él es el primer motor inmóvil.
  • La eficiencia: hay causas eficientes que no pueden ser causas de sí mismas. Se necesita siempre una primera causa no causada por nadie que a su vez sea causa de todas las demás. Dios es esa primera causa eficiente incausada.
  • La contingencia: en el mundo hay seres contingentes, es decir, que perecen, no son necesarios. Pero no todos los seres son contingentes, porque siguen existiendo. Dios es el ser necesario, porque es imposible una serie infinita de seres que perecen.
  • Los grados de perfección: entre los seres que existen en el mundo encontramos diferentes grados de perfección. Necesariamente debe existir un ser supremo, óptimo y perfecto, con el cual comparar a los otros. Dios es el perfecto ser.
  • La finalidad: hay seres inorgánicos que actúan con un fin, pero al carecer de inteligencia solo pueden tender a un fin si son dirigidos por un ser inteligente a cuyo fin se dirigen. Dios es ese ser inteligente hacia el que todos tienden.

Con este argumento de las cinco vías, Santo Tomás demostró la existencia de Dios desde la razón, y nos invita a partir de lo creado para poder llegar al Creador. La obra de Santo Tomás es inmensa y de gran repercusión para el pensamiento filosófico y teológico cristiano. En este año que se celebran los 800 años de la aprobación de la Orden de los Predicadores valgan estas pinceladas para darnos cuenta de que este santo dominico fue un ejemplo claro y brillante de búsqueda de Dios para todos sus contemporáneos del siglo XIII, y hasta nuestros días perdura su huella.

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