Es Jesús

Manzanas

Mons. Francisco Cerro Chaves, Obispo de Coria-Cáceres | ¿Qué es Jesús para mí? Lo mismo que la historia está dividida en antes y después de Cristo, nuestra vida cambia y se transforma cuando nos encontramos con Cristo Vivo. Descubrir el Amor de Jesús es lo mejor que nos puede pasar en la vida.

Un grupo de vendedores fue al mercado. La venta del día terminó un poco tarde y llegaron corriendo a la estación. De repente, sin quererlo, uno tropezó con una mesa que tenía un canasta de manzanas. Las manzanas salieron rodando por todas partes. Eran de un color precioso. Era realmente un puesto de frutas, de manzanas con mucho colorido.

Todos los vendedores siguieron corriendo, menos uno. Este se detuvo. Le gritó a su amigo que siguiera sin él y que al llegar llamara a su esposa y le explicara que llegaría más tarde.
Luego se volvió y encontró todas las manzanas tiradas por el suelo. Su sorpresa fue enorme al darse cuenta de que la dueña del puesto era una niña ciega. La encontró llorando, con enormes lágrimas, corriendo por sus mejillas.

Tanteaba el suelo tratando, en vano de recoger las manzanas, mientras la multitud pasaba vertiginosa, sin detenerse, sin importarle su desdicha. El hombre se arrodilló con ella, juntó las manzanas, las metió en la canasta y le ayudó a montar el puesto nuevamente.

Mientras lo hacía se dio cuenta de que muchas se habían golpeado y estaban en mal estado. Las tomó y las puso en otra canasta. Cuando terminó, sacó su cartera y le dijo a la niña: ¿Estás bien? Toma estos cien euros por el daño que hicimos.

Ella seguía llorando. Él continuó diciéndole: “Espero no haber arruinado tu día”.

Conforme el vendedor empezó a alejarse la niña le gritó: Señor…
Él se volvió. La niña le preguntó: ¿Es usted Jesús?

Probablemente nos encontramos a lo largo del día muchas veces con Jesús. A veces se nos hace presente de un modo muy claro, porque nos regala su bondad. Otras veces le encanta al Señor disfrazarse y no es tan fácil descubrirlo. Otras veces no hay duda de que es Él porque su Amor y su obra es inconfundible. Siempre deja el rastro de un perfume de esperanza y alegría.

Es Jesús que vive con nosotros y está a nuestro lado. Su presencia en la Eucaristía donde nos ha prometido que estará “hasta el final de los tiempos”. Se hace presente humilde y sencillo en todos los gestos de bondad que nos encontramos día a día. También en las dificultades del camino, nos ayuda a superarlas.

No dudes que todo lo que encuentres de Amor puro y verdadero, de solidaridad, de ternura, aunque no se lo preguntes que serpas que te has encontrado con el Amor del Corazón de Cristo. Es Jesús porque nunca pasa de largo ante nuestra vida y nuestro dolor.

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