Gloria a Dios
, Coordinadora de redacción | Cerca ya de la Navidad dos deseos brotan de este nuevo número de agua viva: el primero es el deseo de un corazón bien dispuesto capaz de acoger la venida de nuestro Salvador, que se rinda ante sus pies en adoración y proclame sin parar las alabanzas al Rey de reyes que se ha dignado a caminar a nuestro lado haciéndose uno de nosotros. ¡Qué misterio tan grande, que bondad la de Dios, que ternura que nunca podremos comprender del todo…!
Y el segundo es el deseo de un corazón agradecido por este año que ha pasado lleno de bendición y que ha tenido como acontecimiento especial el Año de la Misericordia y la puerta santa abierta de par en par en la Basílica de la Gran Promesa. Puerta que sólo se ha cerrado simbólicamente pero que queda abierta siempre para aquel que en cualquier momento o circunstancia quiera acercarse a este Corazón lleno de amor y misericordia.
Con este motivo, a continuación, os ofreceremos la homilía pronunciada por nuestro director y Rector de la Basílica, D. Julio de Pablos, en la inauguración del curso pastoral con los fieles, amigos, colaboradores, y trabajadores del Centro de Espiritualidad y de la Basílica. Preciosas palabras que resumen y orientan todas las actividades y celebraciones que desde aquí realizamos.
De esta manera, este nuevo año se lo presentamos todo a nuestro Señor, incluida la revista y cada uno de los lectores que puedan asomarse a ella, con la finalidad que después de cada lectura en nuestro interior brote un gloria a Dios tal y como pronunciaron los ángeles en aquella noche luminosa de Belén.