Sagrado Corazón en Cerro de Buzarabajo, Toledo

Sagrado Corazón de Cerro de Buzarabajo

Federico Jiménez de Cisneros, Profesor de Historia | Aunque la mayoría de las imágenes monumentales dedicadas al Sagrado Corazón de Jesús se encuentran en poblaciones, también hay algunas en medio del campo. Este es el caso de la dehesa de Buzarabajo, situada cerca del municipio de Arcicóllar, en la provincia y diócesis de Toledo. Ante la puerta de la iglesia parroquial de Arcicóllar se encuentra una cuidad imagen del Sagrado Corazón, y a muy pocos kilómetros, otra imagen corona el cerro de Buzarabajo.

Esta imagen es anterior a la del municipio, pues se levantó a comienzos del siglo XX, poco después de que el Papa León XIII realizara la Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús. Animados por el fervor reinante en el ámbito mundial y el suyo propio, el matrimonio formado por don Álvaro Saavedra y doña Concepción Gaytán de Ayala decidieron erigir una estatua del Sagrado Corazón, en el punto más alto de la Dehesa de Buzarabajo del Término Municipal de Arcicóllar, con las mejores vistas y mirando hacia las casas de viviendas de la dehesa. Se da la circunstancia de que, en aquel entonces, don Álvaro Saavedra era Gobernador Civil de Toledo.

La estatua es una escultura de molde, fundida en bronce, pintada en blanco, con corona de cobre. Tiene el molde de una conocida fundición de París, que realizó millares de imágenes que se encuentran por todo el mundo. Se colocó el año 1904 y fue bendecido por el entonces Cardenal de Toledo, Don Ciriaco María Sancha y Hervás, concediendo indulgencias a los que llegando al lugar rezasen un Padrenuestro o hicieran un acto de contrición. (Es interesante recordar que al Cardenal Sancha se le tituló como el “Cardenal de los pobres”, por sus salidas a los barrios atendiendo a los más necesitados).

Nos cuentan que, aunque durante la Guerra Civil, las hordas marxistas, dirigidas por el Comité del Pueblo, saquearon todos los enseres de las viviendas, de dueños y empleados, que existían en la Dehesa, respetaron tanto la estatua del Sagrado Corazón como la Capilla, que estaba abierta pues la llave de entrada siempre ha estado puesta.

Posteriormente, el hijo de los que habían levantado el monumento, Enrique Saavedra y Gaytán de Ayala, y por decisión familiar, mandó colocar en el año 1945 unos azulejos de cerámica de Talavera, en el pedestal de ladrillo y mampostería castellana con la siguiente leyenda:

“Los muy altos, muy nobles y muy leales, Excelentísimos señores D. Álvaro Saavedra Magdalena y su esposa Dña. Concepción Gaitán de Ayala y Jusué, entronizaron este Sagrado Corazón de Jesús, el día 12-6-1904. Rogad por su alma.

El Eminentísimo y Reverendísimo Sr. Cardenal D. Apolonio Ciriaco María Sancha Hervás ha concedido 200 días de indulgencia, cada vez que rezases un padrenuestro o acto de contrición ante esta Imagen”.

Placa

Jesucristo está representado de pie, vestido con túnica ceñida con un cíngulo, y cubierto con un manto. Tiene los dos brazos extendidos y las manos abiertas, mostrando las heridas de la crucifixión. Los pies se apoyan sobre una semiesfera ante la cual encontramos el cáliz y los clavos de la Pasión. Mira al frente, a las casas de la dehesa, y sobre el color blanco de la imagen destaca el corazón en el centro del pecho, pintado en rojo. Nos cuentan que los vecinos conservan la jaculatoria, que dicen en los momentos difíciles: “SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS DEL CERRO, EN VOS CONFÍO”.

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