Abanilla, en Murcia

Sagrado Corazón de Abanilla

Federico Jiménez de Cisneros, Profesor de Historia | Abanilla es una pequeña población del interior murciano, en zona seca, rocosa, donde sus habitantes están acostumbrados a trabajar duro para “salir adelante”. Las casas del pueblo están edificadas en una pendiente, y cuando subimos esa pendiente llegamos a la zona que los paisanos llaman “lugar alto” donde todavía se conservan algunos trozos de fortificaciones medievales, y donde encontramos una blanca, bien cuidada y bien conservada imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Desde el centro del pueblo, desde el Ayuntamiento, una escalinata construida en los años cincuenta, facilita la subida.

Desde este lugar tenemos una magnífica vista de casi toda la población de Abanilla, y también de la cercana Barinas –donde se encuentra otro monumento al Sagrado Corazón–, así como de la comarca, donde igualmente podemos contemplar otro monumento semejante en Macisvenda.

Alrededor del monumento, una amplia zona ajardinada favorece la subida al lugar. Este parque está presidido por la imagen, que se encuentra en su centro y en la parte más elevada. A los pies de la escultura, una lápida nos recuerda: “Al Corazón de Jesús, como recuerdo perenne de devoción sincera, Abanilla dedica este monumento. XIII-X-MCMXLVI”.

Y es que esta imagen, de cuatro metros de altura, fue realizada en cemento por el escultor murciano Nicolás Martínez Ramón, hijo del prestigioso escultor Anastasio Martínez Hernández. Su inauguración tuvo lugar el 15 de octubre de 1946, y ese día sigue siendo fiesta en Abanilla, con procesión eucarística y bendición con el Santísimo Sacramento en los cuatro puntos cardinales. Por eso, nos encontramos en el setenta aniversario del monumento. Cuando se cumplieron los sesenta años se celebró el aniversario, y además de la bendición sacramental, hubo procesión con la Virgen del Rosario y coro de auroros, hermosa costumbre muy arraigada en la zona murciana, en la cual grupos de personas marchan cantando por las calles y las huertas canciones dedicadas principalmente a la Virgen María.

Si miramos el monumento, lo primero que nos llama la atención es el color blanco que tiene todo él, tanto el pedestal como la imagen. Tan solo tienen color diferente los dos corazones, de Jesús y de la Virgen María, que están pintados en rojo, y en amarillo los rayos que salen del Corazón de Cristo, y también en amarillo la corona de la Virgen.

Porque la parte superior está ocupada por la imagen de Jesús, pero en el centro del pedestal destaca un relieve del Inmaculado Corazón de María. Y la figura del Corazón de Cristo está de pie y en actitud dinámica, de movimiento, con los dos brazos extendidos y las manos abiertas, mirando al centro de esta población murciana.

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