Ven Señor Jesús
, Coordinadora de redacción | En nuestra relación con Dios hay dos esferas complementarias con respecto a la esperanza. Dios no se cansa nunca de esperarnos, de que nos convirtamos, de que volvamos una y otra vez a El, de que crezcamos en su amor; pero también nosotros, en nuestra vida espiritual, atravesamos muchas etapas en las que parece que consiste en esperarle a El, poder experimentar su presencia, inundarnos de su gracia, un toque de su acción en nuestra vida. Nos esperamos mutuamente… El desde su misericordia y fidelidad, nosotros desde nuestra pobreza y necesidad; y esto es algo muy bonito.
Los días han ido pasando y justo nos adentramos en el precioso tiempo de Adviento que nos evoca esto: la espera. Esa dimensión espiritual tan importante que vive abierta a la sorpresa, que nos sostiene en los momentos de dificultad, que hace crecer el amor, promueve y fortalece la fe y ensancha el corazón para acoger el don.
El tiempo de Adviento nos recuerda que Dios no falla, y que culminará en el acontecimiento de su presencia entre nosotros, de su manifestación entre aquellos que seamos capaces de adorarle con un corazón humilde. El vino, viene y vendrá, y esta certeza expulsa de nosotros todo desánimo y todo temor. Es el momento de la alegría, de la dicha alcanzada en la simple adoración de un pesebre, de un niño, de un misterio…
Desde Agua Viva queremos desearos un Santo Adviento, una Feliz Navidad y bendiciones para el año próximo que seguiremos compartiendo.