Todo lo espero de tu bondad

Santa Margarita María de Alacoque
Fotografía: Lawrence OP (Flickr)

Juan José Infantes, Presbítero | «Pues aunque todo lo temo de mi debilidad, todo lo espero de tu bondad…»

Así nos dice Santa Margarita María de Alacoque. Esta expresión es muy acertada para el momento social que estamos viviendo, un tiempo en el que con frecuencia aparece en nuestras vida la desesperanza.

La situación que vivimos nos hace preguntarnos de nuevo por el sentido de nuestra vida, por el futuro, por la misericordia de Dios, por la trascendencia… Y en medio de todas estas preguntas la respuesta nos la da hoy Santa Margarita: todo lo espero de tu bondad.

Volvemos al Corazón traspasado del Señor, a la fuente inagotable del amor para que nos enseñe a amar en los tiempos de prueba y dificultad.

No estamos solos, el Señor nos sigue invitando a entrar en las profundidades de su Corazón: «Venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré». Como en cada momento de la Historia sigue cumpliendo sus promesas: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos». Aquí encontramos el consuelo, en el Corazón Eucarístico de Cristo que sigue latiendo en el Sagrario. La Eucaristía sigue siendo para cada uno de nosotros «fuente y culmen de la vida cristiana», «alimento de salvación para la vida eterna».

El Señor se convierte en el motivo de nuestra esperanza. Una esperanza que tenemos que transmitir a los que nos rodean, ayudarles a saber esperar. San Rafael Arnaiz decía: «Toda nuestra ciencia consiste en saber esperar». Parece que hay ocasiones en que lo que más nos cuesta es precisamente esto, esperar.

Repasamos el Evangelio y vemos la cantidad de milagros que el Señor hizo. ¿Los va a dejar de hacer ahora? Es momento de pedir que aumente nuestra fe, que como los discípulos de Emaús, no nos deja solos y camina junto a nosotros.

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