Sagrado Corazón en Monte Corbán, Santander
, Profesor de Historia | Todos los cristianos conocemos la importancia de vivir la espiritualidad del Corazón de Cristo, y especialmente los sacerdotes. Por eso, la presencia de imágenes del Sagrado Corazón en los seminarios está plenamente justificada. Tal es el caso de la imagen que hoy nos ocupa, la que se encuentra en los jardines del Seminario de Santander, situado en un precioso paraje que recibe el nombre de Monte Corbán.
El edificio es verdaderamente singular, pues conserva la iglesia de un antiguo monasterio medieval; además, encontramos un claustro del siglo XV y otra amplia zona de época posterior, formada por varios edificios, entre los que destaca la moderna Residencia Sacerdotal. Sacerdotes que se formaron entre estos muros residen ahora junto a ellos, tras una vida de entrega a Dios y a los hombres.
Durante muchos años, entre estas paredes, han recibido formación sacerdotal numerosos jóvenes que respondieron afirmativamente a la llamada del Señor. En el interior del edificio hay otras imágenes del Corazón de Jesús, una de ellas precisamente a la entrada de la capilla de los seminaristas. Pero nosotros comentamos hoy la que se encuentra en el exterior.
Delante de este edificio singular, en un jardín bien cuidado donde se entremezclan setos de flores con palmeras y coníferas, hallamos la imagen del Corazón de Jesús. Se trata de una escultura de molde, de casi un metro de altura, que se asienta sobre el tronco seco de un gran árbol. Contemplando esta imagen, pensamos que Jesucristo asienta su Corazón sobre la raíz de este lugar de formación sacerdotal, y es que la espiritualidad del Corazón de Jesús es esencial en la vida sacerdotal, y es la base de la fidelidad de los seminaristas a la vocación sacerdotal.
La imagen representa a Jesús vestido con túnica y manto, la mano derecha abre suavemente el manto y la mano izquierda señala el corazón. Jesús está representado con larga cabellera y barba, y tiene la cabeza ligeramente ladeada.
Y como la imagen se asienta sobre el tronco seco del árbol, a una altura aproximada de un metro, su cabeza queda ligeramente superior a las personas que se acercan a contemplarlo. Porque contemplar al Corazón de Jesús nos lleva a amar a nuestros hermanos con un amor santo. El Corazón de Jesús nos eleva a la condición de hijo de Dios, porque nos muestra el amor del Padre.
Buen momento, buen lugar, para encomendar las vocaciones sacerdotales al Corazón de Cristo, deseando que todos vivamos unidos a Él, camino, verdad y vida.