Sagrado Corazón en Comillas, Cantabria

Sagrado Corazón en Comillas

Federico Daniel Jiménez de Cisneros, Profesor de Historia | El nombre de Comillas está vinculado a la Universidad Pontificia de Comillas, magnífica obra de la Compañía de Jesús, que durante muchos años fue referente mundial en la formación del clero católico, principalmente español e hispanoamericano. Por sus aulas pasaron miles de sacerdotes que recibieron la preparación necesaria para ejercer su ministerio sacerdotal en los destinos más diversos: desde cátedras universitarias a parroquias rurales. Algunos de ellos fueron consagrados obispos y la huella de su excelente formación permanece.

Comillas es una pequeña y encantadora población cántabra, edificada junto al mar, que tiene un hermoso templo parroquial en el que se veneran devotas imágenes del Cristo del Amparo, patrono de los pescadores, y de la Virgen. Este municipio cántabro cuenta con dos imágenes monumentales dedicadas al Corazón de Cristo: una se encuentra muy cerca de la parroquia, y la otra en la Casa de la familia Moro, muy cerca del mar Cantábrico.

En el año 1923 el Ayuntamiento de Comillas entronizó la imagen del Corazón de Cristo en el municipio, además de realizarse muchas consagraciones familiares. Y como consecuencia de la extensión de esta devoción, se levantó un monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el lugar conocido como “la Peña”, un lugar verdaderamente adecuado pues se encuentra delante de la antigua casa rectoral, un magnífico edificio de piedra de sillería, del siglo XVIII, que tiene un balcón con forma de púlpito.

Sagrado Corazón en la Peña

Dicen que la imagen fue encargada en Barcelona por el segundo Marqués de Comillas, un hombre profundamente religioso, que se había ocupado de fundar una escuela gratuita para los niños del pueblo y de construir el puerto para dar trabajo a las familias, además de levantar los edificios de la mencionada Universidad Pontificia.

El monumento original estaba compuesto de un alto pilar cuadrado formado por cuatro cuerpos, encima del cual se colocó una imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Esta imagen representaba a Jesucristo vestido con túnica y manto, con la cabeza inclinada hacia abajo, y con la mano izquierda señalando el corazón y la mano derecha bendiciendo. De esta forma, el amor de Dios quedaba perfectamente expresado. Pero el conjunto monumental fue víctima de la persecución religiosa desatada durante la Segunda República y la Guerra Civil.

Afortunadamente, al poco tiempo se volvió a levantar el monumento al Corazón de Jesús, que es símbolo de la paz y del perdón, que refleja el amor misericordioso de Dios a todos. La imagen actual recuerda mucho a la original, ya que representa a Jesucristo vestido con túnica ceñida y manto, tiene la cabeza inclinada hacia abajo, y la mano izquierda señalando el corazón, visible en el centro del pecho, mientras que la derecha bendice a todos. A los pies, un foco ilumina la imagen de noche recordando que Jesucristo invita a corresponder a su amor, y que cuida de nosotros de día y de noche, porque el amor de Dios permanece, y Dios está vivo en la Eucaristía, está presente en el sagrario en la cercana iglesia de San Cristóbal, magnífico templo que refleja la religiosidad de los vecinos de Comillas.

La segunda imagen monumental está en la Casa de la familia Moro. En un saliente en la pared de la torre, muy cerca de la capilla familiar que tiene una hermosa imagen de la Virgen Inmaculada, colocaron una escultura en piedra, de tamaño natural, del Sagrado Corazón de Jesús, bendice a todos los que lo contemplan. Jesucristo está representado de pie, vestido con amplia túnica sobre la que destaca el corazón en el centro, tiene la cabeza inclinada hacia abajo, tras la cual se aprecia una corona de metal, los brazos extendidos y las manos abiertas. Toda la imagen expresa la llamada y el ofrecimiento de Jesús, como si dijera “Venid a Mí…”. A sus pies, la zona ajardinada de la casa.

Sagrado Corazón de la Casa de la familia Moro

Visitar Comillas y contemplar las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, brinda la posibilidad de comprender la presencia del Señor en nuestras vidas y en nuestros hogares. Él quiere estar presente, sea en forma de una magnífica escultura, sea en forma de una sencilla imagen o sea en forma de una humilde lámina. Lo importante es que Jesucristo sea el centro de nuestro hogar, el miembro principal de la familia, el mejor amigo que siempre es fiel y permanece a nuestro lado.

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