De Lisboa al cielo

JMJ de Lisboa 2023
Fotografía: JMJ Lisboa 2023 (Flickr)

Alberto Mateos, coordinador de redacción | Durante estos primeros días de agosto el epicentro del catolicismo estará en la Jornada Mundial de la Juventud, que llega por primera vez a Portugal, tras retrasarse un año por la pandemia. Lisboa es un marco incomparable, donde el papa aterrizará el día 2. Francisco ha pedido a los jóvenes que en este encuentro: «aprendan a mirar siempre al horizonte, a mirar siempre más allá. No levanten una pared delante de la vida de ustedes. Las paredes te cierran, el horizonte te hace crecer. Miren siempre al horizonte con los ojos, pero lo miren sobre todo con el corazón».

Dada la cercanía de Portugal, miles de jóvenes españoles peregrinarán hasta el país vecino, incluso muchos llevan ya unos días allí en los sitios de acogida. Por esa proximidad a Lisboa no puedo evitar acordarme con nostalgia de la JMJ de Madrid. Participar en un encuentro así es una de esas experiencias que dejan huella. Te da la oportunidad de compartir tu fe con personas de distintos lugares del mundo.

En estos tiempos tan descreídos cualquiera corre el riesgo de desalentarse en sus creencias. De ahí la importancia de la JMJ, que proporciona una nueva perspectiva. Los jóvenes que viajen hasta Lisboa van a tener la posibilidad de vivir en comunidad la alegría de la fe y de regresar a sus casas con la mochila cargada de vivencias. Es una ocasión única para ahondar o descubrir la esencia del Evangelio y lo que puede suponer en el camino de cada uno.

El papa Francisco ha agradecido la colaboración de los miles de voluntarios de esta JMJ. Prestar tiempo y esfuerzo desinteresadamente para hacer posible el evento es todo un ejemplo de generosidad. El papa les ha dicho, con su habitual elocuencia, que: «no pierdan nunca la ilusión en la vida, porque la ilusión es la que te tira adelante. No la pierdan nunca. Si no, van a ser muy aburridos. La ilusión es la que le da la alegría».

Los que no viajemos a Lisboa podremos seguir el encuentro por televisión. No hizo falta estar físicamente en Río de Janeiro para que a muchos nos conmoviera la multitudinaria vigilia de oración en la playa de Copacabana y aquel sublime Lord, I Need You, que Matt Maher cantó arrodillado delante del Santísimo. Aunque sea desde la distancia, es otra forma de vivirlo.

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